Biomagnetismo Medicinal
BIOMAGNETISMO MEDICINAL
El ser humano es el reflejo microcósmico de una gran verdad universal, el macrocosmos. El todo está en la parte y la parte es una expresión del todo (a modo de ejemplo podemos ver como a partir de una sola célula, su material genético puede dar lugar a un nuevo ser completo).
El ser humano como parte de este universo es también energía (información en movimiento). Cada célula, cada molécula del organismo es creada y expresada por energía inteligente, “homeostática” y autorregulada. Somos, no un cuerpo que expresa energía, sino energía que se expresa como un cuerpo o lo que es lo mismo, en el lenguaje actual, información que se decodifica en un ser humano.
Esta es la manera como consideramos al cuerpo humano, un organismo inteligente con información inteligente, cuya matriz original se expresa como salud.
A partir de estos presupuestos la terapia con imanes es una forma de tratamiento que se basa en la inteligencia del sistema, que da apoyo al “médico interno”6 para que salvaguarde y exprese la vida de una forma sabia y eficiente.
6 Hipócrates de Coss.
7 Biomagnetismo Holístico, concepto introducido por el autor de esta compilación.
El aliento de vida como fuerza vital es la corriente que fluye en todas las cosas y en todas las criaturas vivientes. Para el “biomagnetismo holístico”7, no hay fragmentos diferentes, cuerpo, mente y alma forman un todo. Cada parte está de una forma u otra interconectada y es inter- dependendiente.
“Los médicos que deseen entender al ser humano, deberán considerarlo como un todo y no como parte de un zurcido. Si se detecta que una parte del cuerpo humano está enferma, debe buscarse la causa que produce su dolencia y no solamente los efectos externos que produce”
Paracelso
El cuerpo se organiza y se expresa de tal forma que cada célula tiene su propio ordenador, manejando su propia información y memoria, estando interconectada a modo de red informática con sus vecinas y el resto del cuerpo. Cuando una célula o un grupo de ellas tienen un problema, el resto lo sabe. Del mismo modo, el aliento vital como orden armónico, fluye por todo el cuerpo nutriéndole y dando vida a todas sus células.
Somos un sistema homeostático y autorregulado.
No tenemos que hacer nada para mantener nuestras pulsaciones cardiacas entre 60 y 80, ni en pensar en respirar, ni mantener la presión dentro de los cánones correctos, y así, miles de funciones que se realizan de forma autónoma, inteligente y al unísono.
Ante cualquier problema, el sistema intentará, empleando sus recursos volver al estado original o configuración primaria equilibrada. Si esto no es posible se adaptará a las formas que generen un menor gasto energético.
El cuerpo humano no está diseñado para la enfermedad. Cuando al restringir el sistema inmunitario y ser portador de una debilidad corporal causada por habitos de vida inadecuados entre otros factores, es decir, perder su equilibrio interno, se corre el riesgo de contraer una infección, se generan rápidamente anticuerpos para poder vencerla. Si nos hacemos un corte, se coagula rápidamente la sangre para taponar la herida, y así, podríamos seguir de forma indefinida.
El libre flujo de la información, es la condición básica para la libre expresión de la vida y a esto le llamamos salud. La enfermedad es solo un patrón restringido de ella, y se produce, cuando hay un bloqueo o falta de equilibrio de las polaridades a partir de las cuales se mueve la fuerza vital.
Hay diferentes causas que generan los bloqueos energéticos y pueden impedir el libre flujo de la salud
. Por ello es importante proveer al organismo de ese equilibrio energético que se consigue con los imanes colocados adecuadamente en sus polaridades que permitan regular el potencial del organismo y este nos ayude a recuperar la salud.
BASES ESENCIALES DEL PAR BIOMAGNÉTICO O BIOMAGNETISMO
“La salud de los organismos superiores depende de su equilibrio interno” Claude Bernard 1859
Definición de “Biomagnetismo mèdico”
Conjunto de cargas que identifican la patología; y que está constituido por dos cargas principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración fundamental del pH de los órganos que lo soportan12.
La definición que nos presenta el Dr. Isaac Goiz en su libro del par biomagnético (ob. Cit.) en este momento puede parecer compleja, mas en la medida que avancemos en el desarrollo del tema, se ira haciendo mas comprensible, definitivamente no se trata de complicar el entendimiento de lo que es la técnica del par biomagnético, sino todo lo contrario, por ello en este momento no la abordaremos.
El Biomagnetismo Es una efectiva terapia, que equilibra su organismo, mediante la aplicación de campos magnéticos.
Es una técnica que compila diferentes técnicas de la bioenergética humana, desde el manejo que hace de la energía de la Medicina Tradicional China (MTC), los egipcios, etc., por tanto, la terapia biomagnética no es una moda reciente, pues es posible investigar los antecedentes de su aplicación en la Era de Oro de Grecia y en el Egipto Antiguo, así como en las culturas de la India y otras culturas, Paracelso (médico suizo) atribuía a los imanes propiedades curativas, que actuaban como una continuación de la acción de los astros y utilizaba estos elementos para el tratamiento de los enfermos. Fue el primero en ser criticado por los científicos de su época. Sin embargo, sus teorías tuvieron seguidores, quienes publicaron posteriormente sus obras, esclareciendo la eficacia de los tratamientos por campos magnéticos.
Entre otros podemos contar a Van Helmont, quien estudió el efecto de los campos magnéticos sobre la salud. Pero, además, este investigador sostuvo que la eficacia se potenciaba, debido al afecto e intenciones mentales positivas del terapeuta que los aplicaba.
Fludd, en 1638, Creía, al igual que Paracelso, que el hombre está sujeto a las mismas leyes que gobiernan el Universo. Mencionó que el hombre tiene polos, tal como la Tierra.
El jesuita Kircher, Afirmaba que la Naturaleza toda es magnética.
Realizó experiencias con imanes, descubriendo el magnetismo del Sol, de la Luna, la Tierra, de los planetas, los animales, las plantas e inclusive del amor.
Fabricó anillos, collares y pulseras con imanes, que cumplieron la función de calmar dolores y equilibrar a las personas que padecían trastornos nerviosos.
Franz Antón Mesmer, Nacido en 1734, quien ejerció sus técnicas magnéticas en la ciudad de Viena, teorizó sobre la existencia de una energía universal, regida por leyes mecánicas, que por medio de sus movimientos, relacionaba a los cuerpos celestes, la Tierra y los seres vivos.
Consideró que dicha energía se hacía sentir sobre los seres vivos, por intermedio de los nervios, y que tenía propiedades similares a las de los imanes.
La misma Facultad de Medicina, que le había aprobado su tesis doctoral, basada en las propiedades benéficas del magnetismo, decide algunos años más tarde expulsarlo de la profesión médica, debido a sus prácticas, donde aplicaba técnicas magnéticas.
22 Lic. Jorge Tapia M. e-mail: mnjorgetapia@yahoo.com.mx
Mesmer utilizaba imanes pequeños en determinados casos, ampliando luego sus tratamientos, por medio de la magnetización del agua de un estanque, donde sumergía a sus pacientes.
También magnetizaba los alimentos, las vasijas para contenerlos e incluso la ropa del paciente
M. H. Halpern13 demostró la importancia para los organismos vivos del campo magnético generado por nuestro propio planeta al introducir ratones en jaulas especiales y aislarles del campo magnético terrestre. El resultado es que los ratones enfermaron rápidamente y en tres generaciones habían muerto todas víctimas de distintos tipos de hipoplasia (una disminución significativa del número de células en los tejidos del órgano afectado).
La NASA comprobaría más adelante que al abandonar los astronautas el campo magnético de la Tierra padecían la denominada "enfermedad espacial", caracterizada por el desarrollo de osteoporosis y deficiencias en el sistema inmune.
Numerosos investigadores se preguntan si el gran número de nuevas patologías que se diagnostican hoy en día muchas de ellas articulares- no se deberá a la suma de la disminución progresiva del campo magnético de la Tierra (denunciada por los investigadores japoneses Kawai y Ritake) y la enorme contaminación electromagnética que sufrimos, además del estilo de vida actual que vive nuestra sociedad.
En esta línea, ya en 1958, el doctor Nakawaka acuñó la expresión "Síndrome de deficiencia de campo magnético" para definir la dolencia de aquellos pacientes que presentan síntomas como rigidez de hombros, espalda y base del cuello, dolor en la parte baja de la espalda, migrañas, vértigos, sensación de pesadez, insomnio, estreñimiento crónico, lasitud general o desequilibrio del sistema nervioso autónomo. Nakagawa estaba convencido de que tales síntomas se debían a un desequilibrio de los campos magnéticos de los pacientes y de hecho obtenía muy buenos resultados cuando les sometía a tratamiento con imanes.
"Todas las funciones biológicas -afirmó por su parte el cirujano francés Ornego- son sumamente sensibles a la influencia de los campos magnéticos. Las membranas, las mitocondrias intercelulares, las reacciones enzimáticas, los fosfolípidos, el metabolismo basal... Todo confirma el concepto de que la vida en la
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Tierra está sumergida en un mar de fuerzas magnéticas y que la persistencia de vida depende de que esas fuerzas permanezcan intactas."
El paso siguiente fundamental vino con los trabajos del doctor Richard Broeringmeyer sobre Terapias Energéticas, Terapia Polar y la importancia del pH en la salud y, sobre todo, con el descubrimiento por parte del médico cirujano mexicano Isaac Goiz del Par Biomagnético en 1988, una concepción nueva que supone un paso adelante en lo que hasta ahora se conocía sobre el uso de imanes, su colocación y su relación con el pH. Y es que con la colocación de los polos positivos y negativo de imanes naturales de una potencia determinada en puntos específicos del organismo interrelacionados entre sí, Goiz ha conseguido aumentar los beneficios de los campos magnéticos en un amplio rango de enfermedades y conseguir resultados contundentes.
Es de destacar que con el Par Biomagnético se llega mucho más allá que con lo conocido como Magnetoterapia. Ésta había ya percibido desde hace tiempo efectos sedantes y desinflamantes con el polo norte del imán, así como estimulantes y aceleradores del crecimiento celular con el polo sur (para fracturas por ejemplo).
Con el Par Biomagnético se dispone de un mapa exacto de puntos en el cuerpo, conociéndose donde exactamente se deben ubicar los pares de imanes para identificar un terreno biológico capaz de sostener microorganismos patógenos o una disfunción concreta y tratarlos adecuadamente.
En resumen, la investigación acumulada hasta el momento demuestra que los sistemas vivos son muy sensibles a los campos magnéticos y que sus efectos alcanzan hasta el último rincón de nuestro organismo a causa del carácter penetrante del magnetismo. El cuerpo entero está movido a nivel celular por impulsos eléctricos y los campos magnéticos afectan a cada una de sus células. Por lo tanto los imanes, adecuadamente aplicados, pueden equilibrar los campos magnéticos y contribuir a corregir los desequilibrios metabólicos que están en el origen de buena parte de las enfermedades.
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